por Alberta Porres M.
Gracias por redarguirme en mi actitud. Yo creo que tu me has restaurado con
un propósito: el de servirte, de serte útil.
Pero eso va acompañado de tu presencia en mi vida, si cada día tu me
permites ser llena de tí, como esos manjares en el Salmo 23
con un buen aderezo de tu Presencia, que este año mi familia reciba de tí comida, potajes, postres y
abundancia de Agua Viva y que al abrir nuestras bocas sea para darte Gloria y Alabanza.
Enseñame a no desviarme de tu senda; corrige cada paso que den mis hijos, mis nietas, mi mamá y
sobre todo que, tomados de tu mano vayamos confiados en que tu Espíritu nos acompañe día y noche
Que seamos mas espirituales que carnales, que nuestros pensamientos sean tus pensamientos y que
el caminar en tu Espíritu nos lleve a esos delicados pastos en los cuales reposar quieta y tranquilamente
en tus brazos amorosos
Sostenme en momentos difíciles y críticos. Que tus brazos fuertes siempre me sostengan.
No me dejes, Espíritu Santo, mírame y háblame al oído. Así tendré fuerzas como el búfalo y mansedumbre
como el cordero, y humildad como una oveja.
Que aprenda a distinguir tu voz, Espíritu Santo, y así pueda cantar tus alabanzas, cánticos, salmos
y declarar que quiero ser adorador de corazón
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