sábado, 4 de diciembre de 2010

DIAS DE ALEGRÍA

por ALBERTA PORRES

Los dias pasan, segun la opinion del hombre. Ellos opinan que la ciencia traerá ALEGRÍA en abundancia. Solo que la ciencia en ocasiones es fría y tan deshumanizante, como cuando en un cuarto en completa oscuridad los ojos humanos carecen de luz. Y hoy veo a algunos jóvenes correr por tener una boda, o una carrera o el celebrar un acontencimiento de prender un árbol en la parte principal de la ciudad y que aparentemente haya "alegría", sonrisas en los niños.
Cuánta gente en México, los días previos al 12 de diciembre andarán por caminos y carreteras en pos de una imagen inventada por el alto clero católico y en aras de ella, lloran, sangran y sufren creyendo que hacen lo correcto y que en lugar de pensar en el Redentor que una Navidad nació para dar vida y vida en abundancia, solo piensan en festejar, comidas, bailes, regalos. ¿Es malo convivir con la familia y otorgarse unos a otros presentes y obsequios en un ambiente de festividad? Claro que no, siempre que no se olvide el verdadero espíritu de la Navidad y el motivo real de porque se celebra, porque lo demás entonces es sólo apariencia. Todo el año debe ser de demostrar ese amor al prójimo y no sólamente en cierta fecha, si no, esa alegría solo es un espejismo. Ya que el hombre sin Dios camina en el mas árido desierto y anda sediento, cansado, abrumado y cabizbajo. Buscando  al redentor pero sin encontrarlo viviendo en obscuridad, tienen ojos pero no ven, tienen oídos pero no oyen, tienen boca, pero ante el Redentor se quedan mudos y sus pies están sin fuerzas.

Así, niños, jóvenes y ancianos, oidme: la ciencia no tiene nada que dar, pues cual enfermos, solo nos dan placebos y calmantes. El redentor siempre está cada instante. Despierten, abarn sus ojos, clamen de corazón esta Navidad, pues el Redentor ahí está!

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